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Elecciones Brasil 2018: Haddad, el heredero de Lula

  • Wilmary Fuenmayor
  • 10 oct 2018
  • 3 Min. de lectura

Haddad, el heredero de Lula

Fernando Haddad, militante del Partido de los Trabajadores (PT) desde que era un joven universitario, Ministro de Educación durante el gobierno de Lula Da Silva y parte del de Dilma Rousseff, y ex alcalde de la ciudad de São Paulo, continúa –por poco– en la carrera por el Palácio do Planalto como candidato del PT al obtener el 28,8% de los votos en la primera vuelta.


No es extraño ver a un líder político “pasar la antorcha” como último recurso y ahora más que nunca, Fernando Haddad es visto como lo que mantiene abierta la puerta del legado de Lula Da Silva. Su candidatura no fue sorpresa, puesto que era su nombre el que surgía cuando se hablaba de un escenario donde el ex-mandatario fuera inhabilitado pero, a pesar de esto, el PT optó por no trabajar abiertamente con esta posibilidad desde el inicio. Esto trajo como resultado un Fernando Haddad que, a un mes de las elecciones y en conjunto con su equipo de campaña, debía encontrar la manera de atraer al electorado que pensaba votar por su mentor.


Durante su campaña, el ex alcalde de São Paulo trabajó en dejar de lado su imagen de académico para fortalecer una imagen de político militante, como una forma de conectar con los sectores populares donde su mentor tiene mayor reconocimiento.


¡Haddad é Lula! ¡Lula é Haddad! Es una de las consignas utilizadas por el PT con la intención de lograr la transferencia de votos entre el ex mandatario y su sucesor. Este tipo de declaraciones son un arma de doble filo para Haddad, quien lucha contra la idea generalizada de que él no es más que un títere de Lula –algo difícil de lograr luego de sembrar la idea de que Haddad es la voz de Lula, cual mensajero de Dios en la tierra.


Sin poder sacudirse aún la relación del PT con los grandes casos de corrupción en Brasil, principal punto por el que ha crecido la popularidad de Jair Bolsonaro, la estrategia de Fernando Haddad para la segunda vuelta estaría orientada a mostrar un perfil alejado de la izquierda radical, con tendencias económicas de centro que generen mayor confianza por parte del sector empresarial.


O Brasil Feliz de Novo, así se titula el plan de gobierno que tiene el sello de aprobación de Lula Da Silva. La “reconstrucción” de la democracia, una reforma tributaria, afirmación de derechos y la transición ecológica son algunos de los puntos que se pueden encontrar en el plan de gobierno de Haddad, con algunas propuestas orientadas a revertir las políticas aplicadas por Michel Temer.


A diferencia del también candidato y ganador de la primera vuelta, Jair Bolsonaro, quien es conocido por su discurso homofóbico, misógino y racista, Fernando Haddad se ha caracterizado a lo largo de su carrera política por su trabajo en la defensa de los Derechos Humanos y su apoyo hacia la comunidad LGBTI. En Brasil, según datos de la ONG Grupo Gay de Bahía, cada 19 horas una persona de la comunidad LGBTI es asesinada o se suicida víctima de LGBTIfobia. En un país con una alta tasa de violencia, una de las propuestas de Haddad es la criminalización de la LGBTIfobia y los crímenes de odio en general.


Fernando Haddad y Jair Bolsonaro son polos opuestos, algo que no podía dejar de reflejarse en las propuestas que presentan; no se trata sólo de una lucha entre izquierda y la derecha. El ex-alcalde de São Paulo, quien era una figura poco conocida por los ciudadanos de su país cuando se hizo pública su candidatura, podría sorprender a todos el próximo 28 de octubre al convertirse en el nuevo Presidente electo de Brasil.

Este artículo fue elaborado por Wilmary Fuenmayor, Directora Principal de Investigaciones de la Federación Venezolana de Estudiantes de Ciencias Políticas.

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